Hay regalos que iluminan sin encenderse.
Esta caja fue pensada para quienes disfrutan los pequeños rituales del disfrute: el brillo del cristal, el aroma de una vela, el dorado tenue de un buen vino.
La madera negra encierra un instante de calma:
una botella de Luca Glot Chardonnay, dos copas de cristal bohemia que capturan la luz de cada brindis, tres frascos medianos con frutos secos que acompañan la conversación y una vela gris tornasol que enciende el ambiente sin decir palabra.
Un presente con propósito, para regalar una pausa, un respiro, una forma de volver a lo esencial.

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