Hay regalos que no buscan deslumbrar, sino quedarse.
Esta caja nace de la intención de honrar lo auténtico, lo que permanece cuando todo se apaga.
En su interior, el Gran Enemigo Cabernet Franc invita a disfrutar con calma, a brindar por lo vivido y por lo que sigue.
Las dos velas grises, una burbuja y una globo, aportan luz tenue y presencia; los tres frascos de frutos secos completan el ritual con texturas y sabor.
Una caja que habla de equilibrio, profundidad y gratitud.
Un presente con propósito, para quienes valoran lo que trasciende.

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